¿Qué precio puede alcanzar la devoción por una obra de culto? En 1927 se estrenaba Metropolis, una joya del cine expresionista alemán que encumbró a su director Fritz Lang al Olimpo del séptimo arte. La película, basada en una obra de Thea Von Harbou –esposa del director-, desarrolla una distopía futurista y debido a la profundidad de su contenido humano y social es uno de los pocos filmes considerados Memoria del Mundo por la Unesco (junto con las películas documentales de los hermanos Lumière, Los olvidados de Buñuel y El mago de Oz de Victor Fleming).
Quien no haya visto la película, presumiblemente conocerá el icónico cartel de tintes futuristas que la anunciaba. El cartel fue diseñado por el artista gráfico alemán Heinz Schulz-Neudamm en 1926 y muestra, con un estilo marcadamente art-decó, a la robot humana interpretada por Brigitte Helm. Se trata de la versión internacional, sin los créditos, de la que sólo hay cuatro copias conocidas en el mundo: una se encuentra en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), otra en la Biblioteca Nacional de Austria, en Viena; la tercera en manos de un coleccionista privado -que se cree, es Leonardo Di Caprio- y una cuarta que en 2005 fue vendida en una subasta de Sotherby’s y hasta ahora pertenecía al coleccionista estadounidense Kenneth Schacter. Este, desembolsó 690.000 dólares para convertirse en su dueño, cifra que hasta el momento sigue siendo la más alta jamás pagada por un póster de cine.
Debido a un proceso de embargo por parte de su banco, Schacter se ha visto obligado a desprenderse de él por tan “solo” 250.000 dólares. El póster saldrá en breve a subasta y las casas de apuestas aseguran que a día de hoy se podría pagar hasta un millón de dólares por él.
La obra, según The Guardian, formará parte de un pack en el que se incluirán un póster de King Kong de 1933,- que podría competir en precio con el de la cinta de Lang-, y un afiche de El hombre invisible, también de 1933 y que en total supondría una venta de hasta cinco millones de dólares.
Precio: 690.000 dólares (por ahora)