En el medievo ruso el caviar – del persa “khavyar”, generador de huevas – era un alimento de la clase baja, mayoritariamente pescadores y campesinos. Desde entonces la cosa ha cambiado un poco, en la linea de otros alimentos como las angulas o el marisco.
Decir “el caviar más caro del mundo” puede parecer hasta redundante. Si hay un producto gastronómico que nos hace imaginar un mundo de lujo, con coches caros, recepciones en la embajada francesa, agentes secretos y cosas así; ese es el caviar. Ya de por sí el aspecto, el colorido y la textura es llamativa; pero además de eso estamos hablando de un producto nutricionalmente muy rico al que se le aseguran propiedades afrodisíacas. Bueno, en general a las cosas caras, siempre se les atribuyen dichas propiedades…
Debe servirse frío y preferiblemente en un recipiente no metálico, un cuenco o bol de cristal, con hielo en su base para mantener la temperatura fresca del producto; y utilizar cucharillas fabricadas en oro o nácar, si te lo puedes permitir.
Los mejores caviares del mundo son los iraníes; por las especiales condiciones en que son criados los esturiones de los que procede. Dentro del caviar iraní, las variedades más apreciadas son el Sevruga de color gris oscuro y grano pequeño, el Asetra, de color marrón-gris oscuro y el Beluga de granos grandes de color grisáceo.
Pues atención, la marca Almas (diamante en ruso), envasa un caviar albino procedente de esturiones viejos y extremadamente escaso; que se presenta en unas latas fabricadas con oro de 24 quilates. El caviar Almas es suave, elegante y aromático; pero sobre todo muy, muy caro. Esta delicatessen para ricos se cotiza a un precio que va de los 18.000 a los 29.000 euros el kilo y puede ser adquirido (o no) en las tiendas que el importador británico House & Pruier tiene en Londres.
Precio: entre 18.000 y 29.000 euros el kilo